viernes, 26 de septiembre de 2008

Prefiero la corteza del pastel.


Siempre quise conocer París, todo lo que leí tiene que ver con aquel lugar,
Sobre todo con el París de los años 30, pero nuevamente me pasa lo de siempre, estas allí
demasiado cerca de todo para entender, de lejos siempre es mas claro, cerca no se ve, solo se siente, el aire , y ese ultimo sol de septiembre que me daño un poco la piel de tanto estar mirando el rió,, los bordes, el puente, el puente, alguien espera por algún café, algún bar.
Sigo mirando el rió me susurra con su música, tocándome con su brisa perpendicular, entonces una ósmosis esta ocurriendo.
Desde el puente, el paisaje es inmejorable, trato de imaginar a Horacio Oliveira en uno de esos rincones con un “clochard en una calle transversal”., yo 78 años después, en un encuentro inesperado, el tiempo pesa, el tiempo me aplasta me traspaza, tanta gente de día, tanta magia de noche.
Pase por aquellos campos de trigo, pase por todo lo que se tiene que pasar para llegar a ti.
Pienso en aquellos días en que contaba mis pasos del colegio a casa, para llegar hasta aquí.
Nunca estuve mas sola y mejor que jamas, hay un alboroto, hay una necesidad de arriesgarse,
de hacer todo lo que esta lejos, hurtarle a la vida,
la vida de la que tanto blasfeme,
revienta la vida sobre mi, me inunda un doloroso placer.









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