Una noche en que tuve a Dios
entre las piernas
el corazón
y la boca.
Recuerdo la facilidad y seguridad con que dije que te amaba,
tenia un poco de tu cuerpo dentro mio
y tu hermosa cara frente a mi,
tan espontáneamente, Si,
tu callabas, me besabas,
yo sudaba (...)
Cuando se ama el placeR se vuelve a veces secundario,
o tal vez amaR es un placer complementario.